martes, 11 de agosto de 2015

Volver a ser niños...



Cuestionar certezas ciertamente es ejercer nuestra libertad, pero sin duda que esto asusta, porque implica responsabilidad. Es por ello que la gente suele aceptar las cosas tal cual se las muestran o dicen, refugiándose así, en una falsa tranquilidad.

Ahora bien… Si cuestionar certezas requiere valentía y coraje, ¿cuanto más se necesita para permanecer en esa actitud?

El sistema corre peligro si estos comportamientos se expandieran, de manera que, quien se atreva a cuestionar certezas, deberá saber que intentarán "encauzarlo", utilizando el miedo y/o la culpa como herramientas de presión psicológicas. Mas sin embargo, practicar la duda como un ejercicio y sostenerse en esa actitud, es una de las cualidades fundamentales del buscador. Ya lo decía Jorge Luis Borges... "La duda es uno de los nombres de la inteligencia."

Creer y aceptar todo lo que nos dicen, es negarse la posibilidad de experimentar y aprender por sí mismo. Es transitar por el sendero de las multitudes, que por cierto, está empedrado de vivos muertos... alienados, cosificados y masificados.

El niño en su natural proceder duda y cuestiona. Cuando éste se enfrenta ante un hecho que lo sorprende, automáticamente se pregunta ¿por qué?... y es allí donde comienza a manifestarse en él ese espíritu investigador intrínseco del hombre. Pero luego nos van "adiestrando" y todo se va aplacando.

Son muy pocos los que se atreven a dudar o cuestionar certezas, y muchos menos aún, aquellos que deciden mantenerse en esa actitud.

Las masas creen ser libres en la toma de sus decisiones, en sus gustos y opiniones, más sin embargo, solo se limitan a repetir lo que ya ha sido planteado.

La cultura, las normas, la formación y hasta los gustos y la estética han sido insertadas en nuestras mentes, y hoy suelen ser ellas y no nosotros, quienes dictaminan que es lo que se debe o no hacer, cuando es correcto expresar lo que se siente y cuando no. En consecuencia, y del mismo modo que no pudimos elegir nuestro nombre, (ese conjunto de letras que nos proporciona identidad), son muy pocos los que se atreven a decidir, escoger o sentir con total y auténtica libertad. En realidad son solo aquellos que se atreven a dudar y mantenerse en ese estado inicial... volver a ser niños y cuestionar.

Juan Carlos Lorenzo
Arquitecto, Psicólogo Social
Master Trainer en PNL & Coach Ontológico

PNLCBA CONSULTORA

domingo, 2 de agosto de 2015

Comunicación Eficaz y Liderazgo



En nuestros cursos presenciales y a distancia abordamos este maravilloso mundo de la comunicación eficaz y nos enfocamos en cómo ésta influye en el liderazgo intra e interpersonal. Para ello trabajamos con distintas herramientas que nos brinda la PNL y el Coaching.

Recordemos que somos sujetos de necesidad y para satisfacerlas, debemos intervenir en el medio. La comunicación, en ese sentido, es una herramienta de vital importancia para lograrlo. Cuanto más nos acerquemos a un modelo de excelencia en la comunicación, mejor podremos satisfacer nuestras necesidades, y así, transformarnos en fuentes de inspiración de los demás, por lo tanto, directa o indirectamente nos iremos acercándonos hacia un liderazgo ideal, que va mucho más allá del conocido liderazgo democrático... me estoy refiriendo al liderazgo emocional o líder Coach. Este tipo de liderazgo inspira, y al hacerlo, forma líderes, no seguidores. 

Ahora bien...

Para inspirar es necesario incorporar muchas habilidades, competencias y herramientas como lo son la escucha activa, la empatía, la autogestión, la coherencia en la conducta, etc. pero en esta oportunidad quiero centrar la atención en una cualidad específica que es "el saber calibrar" o "acompasar".

Desde la PNL comprendemos que las personas, para comunicarse, suelen  acceder a sus recursos, adoptando posturas físicas muy similares y hacen generalmente los mismos gestos o pequeños movimientos para desarrollar actividades y tareas. Si nosotros comenzamos a prestar atención a esa parte tan importante de la comunicación, que es la comunicación no verbal, puede llegar a ser de gran utilidad. Si  sabemos “leer” las señales que nos dan con su lenguaje corporal y su forma sensorial de representarse la realidad, empezaremos a liderar las conversaciones, y por ende, a influir en ellos.

Cuando hablamos del lenguaje no verbal o analógico, nos estamos refiriendo a la fisiología de una persona; como pueden ser micromovimientos del rostro, gestos o movimientos de las manos, los brazos, las piernas y cualquier actitud física en general.

Es importante comprender que todos tenemos una manera especial de usar nuestro cuerpo y nuestros sentidos para realizar cualquier tarea. De manera que si calibramos a nuestros interlocutores para luego acompasarlos, sin duda, lograremos abordarlos y en consecuencia, se sentirán muy cómodos con nosotros. Por ejemplo si tenemos a una persona que habla rápido, con respiración superficial, y salta de un tema a otro con cierta velocidad, podemos estar seguros de que en ese momento tenemos a una persona que accede a sus recursos internos (memoria, ideas, argumentos) de forma Visual. Entonces, en base a estos datos, una manera eficaz de hacernos entender muy bien es adoptar una forma de comunicación muy visual, hablar con términos visuales, como por ejemplo “viste”, “yo hablo con claridad”, “este espacio es colorido y muy luminoso”, etc. también se puede utilizar gráficos, imágenes, esquemas, etc.

Por su parte si delante nuestro hay una persona “auditiva”, indudablemente que es más lenta que la anterior y al comunicarse lo hace en forma secuencial. Esto es lo que lo llevará a hablar más despacio, terminando bien sus frases,  prestando mucha atención a lo que dice, con tono melodioso y quizás con una voz agradable. Jamás se le ocurriría saltar de tema en tema, sino que prefiere terminar con uno para luego comenzar con el siguiente. Entonces, en ese momento podemos hacernos entender muy bien, si adoptamos la “fisiología” de una persona predominantemente auditiva.

En definitiva lo que estamos explicando corresponde a la idea de acompasar. Esto significa adoptar el mismo tono de voz, las mismas actitudes corporales, posiciones similares de brazos y piernas, etc. de manera que la otra persona se sienta inmediatamente escuchada y comprendida. Esta técnica se basa en la idea de que buscamos de forma inconsciente a aquellos que son similares a nosotros.

Ahora bien, es importante comprender la diferencia entre acompasar de copiar.

Todos los movimientos, gestos, tono de voz, etc. que apliquemos deben ser ejecutados con mucha delicadeza y de un modo que nuestro interlocutor jamás note que lo estamos imitando o copiando, porque de lo contrario, podremos llegar a obtener resultados completamente opuestos a los buscados, ya que con quien nos estamos comunicando, puede sentirse burlado. Lo ideal para aplicar esta técnica consiste en “ponerse en la situación” del otro…

El líder está siempre ubicado en un pedestal, lo queramos o no es así, y las personas que dependen de él están pendientes de cualquier gesto,  sean conscientes o no. Por lo tanto, ponerse en el lugar del otro, "calibrarlo" y "acompasarlo" nos permitirá comunicarnos de un modo mucho mas eficaz.

Juan Carlos Lorenzo
Arquitecto, Psicólogo Social
Master Trainer en PNL & Coach Ontológico

PNLCBA CONSULTORA