Cierta vez, un guerrero volvía victorioso de una batalla,
cuando en el camino se encontró con un sabio que estaba hablando a la gente y
se sentó entre ellos. Luego de un rato de escuchar al sabio, el guerrero
concluyó que era un charlatán y enojado irrumpió diciendo: “Lo único que haces
es hablar y las palabras no sirven para nada. A las palabras se las lleva el
viento”
El sabio lo miró atentamente un instante y con gran
serenidad le contestó:
“Sólo un necio como tú, con la cabeza vacía por los
golpes recibidos en batalla, puede decir una estupidez de ese tamaño”
El guerrero enfureció y de un salto, en un instante,
estaba frente al sabio con su espada lista para matarlo… ¡¿Qué te has atrevido
a decirme?!... repítelo y te cortaré la cabeza.
El sabio respondió:
“ohh, no te había reconocido, pero veo en tu habilidad,
destreza y valentía a uno de los mejores guerreros de esta nación… te presento
mis respetos”
El guerrero, satisfecho y ahora calmo, guardó su espada y
volvió a su lugar.
Espero, le dijo el sabio con una sonrisa, que en el
futuro tengas más respeto por las palabras, ya que con ellas te hice enfurecer
y venir hasta aquí, luego te calmé y te hice volver a tu lugar.
REFLEXIÓN: Que importancia tiene el uso de la palabra... con ellas podemos construir una vida llena de esplendor y belleza, o en su defecto, los más terribles infiernos. Estamos configurados por nuestras palabras. Somos lo que pensamos y el mundo que nos rodea son el reflejo de nuestros pensamientos. El hombre cree que puede mantener en secreto sus ideas, mas se equivoca. Su vida y las circunstancias que lo acompañan lo revelan así mismo.
Juan Carlos Lorenzo
Arquitecto, Psicólogo Social
Master trainer en PNL & Coach Ontológico
PNLCBA CONSULTORA
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