Si uno presta atención a sus diálogos internos, a la forma
en que se desencadenan nuestras conversaciones intrapersonales, es decir, a esas
“cosas” que andan dando vuelta por la cabeza, descubriremos que a menudo lo único
que hacemos es edificar presuposiciones que no resisten el más mínimo análisis.
Solemos hacer un sin fin de afirmaciones que parten de una idea falaz, y a partir de allí, esgrimimos argumentos que
pueden durar varios minutos y de los cuales devienen intensos componentes
emocionales.
Por ejemplo si tomamos una afirmación como “Julieta debe pensar que soy un estúpido” y por un instante nos detuviéramos a reflexionar sobre ese diálogo, nos podríamos dar cuenta que es imposible saber lo que piensa Julieta, a no ser que nos lo haya dicho directamente, de manera que todas las conclusiones que se derivan de ella, no solo dejarían de tener una razón de ser, sino que además se derrumbarían automáticamente, y en consecuencia, estaríamos más abiertos a una nueva interpretación, quizás más ajustada de lo que realmente está sucediendo.
Por ejemplo si tomamos una afirmación como “Julieta debe pensar que soy un estúpido” y por un instante nos detuviéramos a reflexionar sobre ese diálogo, nos podríamos dar cuenta que es imposible saber lo que piensa Julieta, a no ser que nos lo haya dicho directamente, de manera que todas las conclusiones que se derivan de ella, no solo dejarían de tener una razón de ser, sino que además se derrumbarían automáticamente, y en consecuencia, estaríamos más abiertos a una nueva interpretación, quizás más ajustada de lo que realmente está sucediendo.
Para abordar estos vicios en la comunicacion, es interesante emplear una herramienta que nos brinda la PNL, que es el
metamodelo lingüístico. Y es de destacar que sería importante hacerlo, no solo cuando hablamos con nosotros mismos, sino
también cuando conversamos con otras personas.
Si prestáramos más atención, nos sorprenderíamos mucho al darnos cuenta de la inmensa cantidad de conclusiones fraudulentas a las que
llegamos cada día y a la cantidad de traumas emocionales que nos provocamos y/o provocamos a los otros.
Ahora
bien… ¿Qué es el metamodelo lingüístico?
Grinder y Bandler mientras modelaban a dos
terapeutas muy exitosos de la década de los 70´s, (Fritz Perls, terapeuta
Gestalt y Virginia Satir, terapeuta familiar), descubrieron que éstos
profesionales obtenían resultados verdaderamente extraordinarios de sus
pacientes solicitándoles que fueran más específicos sobre lo que contaban. Para
ello utilizaban una batería de preguntas con las cuales recogían suficiente
información y así llegaban a comprender mejor el problema que los aquejaba, que
en muchos casos eran el resultado de los vicios comunicacionales, los cuales
los hacían incurrir o abordar a conclusiones falsas.
Las problemáticas en la comunicación que fueron
detectandas se podrían englobar en tres grandes grupos:
- Omisiones / Eliminaciones
- Distorsiones
- Generalizaciones
Las omisiones: Representan el hecho de dar cierta información por sentada y, por lo tanto, no explicitar aquellos datos que serían necesarios para que el mensaje quede claro y la respuesta sea la adecuada. (El vídeo que acompaña este artículo ejemplifica mediante el humor y el absurdo lo que aquí estoy señalando).
Uno de los casos típicos es el mecanismo conocido como “acciones imprecisas”. Por ejemplo, un nuevo jefe dice “Esta oficina necesita mejorar”. Frase ambigua que oída por las diez personas que la componen puede significar diez cosas distintas. ¿Qué es lo que debe mejorar? ¿La puntualidad con que los empleados entregan su trabajo?, ¿que sería deseable que vinieran mejor vestidos?, ¿o ambas cosas funcionan bien pero hay que limar ciertas asperezas entre el equipo de trabajo?. Si se omite la especificidad, el mensaje es confuso, entonces se mete “ruido” y no ayuda a lograr una excelencia comunicacional. Por ello recuerde: descarte los sobreentendidos.
Uno de los casos típicos es el mecanismo conocido como “acciones imprecisas”. Por ejemplo, un nuevo jefe dice “Esta oficina necesita mejorar”. Frase ambigua que oída por las diez personas que la componen puede significar diez cosas distintas. ¿Qué es lo que debe mejorar? ¿La puntualidad con que los empleados entregan su trabajo?, ¿que sería deseable que vinieran mejor vestidos?, ¿o ambas cosas funcionan bien pero hay que limar ciertas asperezas entre el equipo de trabajo?. Si se omite la especificidad, el mensaje es confuso, entonces se mete “ruido” y no ayuda a lograr una excelencia comunicacional. Por ello recuerde: descarte los sobreentendidos.
Las distorsiones: Se refiere a
la alteración, generalmente de manera muy sutil, del contenido de lo que se
quiere decir. Existen múltiples formas de hacerlo. Una de las más frecuentes es
la impersonalización. Un vendedor, puede expresar ante su jefe la siguiente
frase: “Hoy no se vendió nada”. En realidad, no es que no se haya vendido
(forma impersonal) sino que él en particular no vendió (forma personal)
producto alguno. Al expresarlo de esta forma el vendedor desliga toda
responsabilidad al respecto, con lo cual altera los hechos. En conclusión la
distorsión es proyectar la responsabilidad fuera de uno y ponerse en papel de
víctima. Actitud muy común en la gente. En consecuencia empiece a asumir mayor compromiso y responsabilidad de lo que le esta ocurriendo. Si las circunstancias que lo rodean no le agradan pregúntese ¿Qué puede hacer Ud. para modificarlas?... salga del papel de víctima y empiece a asumir protagonismo en los hechos.
Las
generalizaciones: Se convierte en categorías amplias a temas
específicos. Por ejemplo: “Hoy en día todos los clientes están intratables”:
¿Realmente es así? , ¿Es verdad que absolutamente todos los clientes con los
que tiene contacto el individuo que pronunció la frase resultan imposibles de
tratar? Seguramente, bastará con pedirle que reflexione un poco acerca de la
expresión que acaba de proferir, para que se dé cuenta de que no es de esa
manera, sino que: cometió una generalización y como sucede en casi todos los
casos en que se generaliza, se equivocó. Sin embargo, es importante tomar en
cuenta que las generalizaciones producen un enorme mal en los circuitos
comunicacionales. También se produce cuando se considera que algo ocurrido de
determinada manera sucederá siempre así.
Juan Carlos Lorenzo
Arquitecto, Psicólogo Social
Master Trainer en PNL & Coach Ontológico
Arquitecto, Psicólogo Social
Master Trainer en PNL & Coach Ontológico
PNLCBA CONSULTORA