Antes de meternos de lleno en la
pregunta, es importante comprender que son las creencias. En ese sentido
podemos decir que las creencias son verdaderos filtros o patrones mentales
adquiridos desde la más temprana infancia y que en mayor o menor medida nos
hacen ver o interpretar las circunstancias que nos rodean de una forma muy
particular y personal.
La configuración de ellas está en
directa relación con el trato y el ejemplo que hemos recibido de nuestros
mayores, (padres, abuelos, tíos), y en general con los distintos estímulos que el
mundo nos fue brindando en nuestra infancia y adolescencia.
En conclusión, podríamos decir que las creencias
son, “un paquetes de información” que hoy utilizamos, ya sea de forma
consciente o inconscientemente para vincularnos con nuestro entorno y en
consecuencia nos lleva a crear nuestra realidad actual. Por eso decimos que las
creencias son profecías autocumplidas, ya que procedemos y actuamos en función
de ellas y en consecuencia se retroalimentan con los resultados que vamos obteniendo
del exterior.
Dicho de otro modo, si dentro de tú “paquete
de información” existe la creencia que todos los hombres/mujeres son iguales y
ello conlleva una connotación negativa, indudablemente que cada vez que te
quieras relacionar con alguien ya irás con cierta desconfianza. En consecuencia
tu comportamiento estará condicionado y tu actitud no te permitirá tener una
relaciones sana, sincera y honesta con la otra persona, aunque en el fondo lo
quieras, ya que consciente o inconscientemente desencadenarás conductas en tú proceder
propias de ese paquete de información, que tarde o temprano, terminarán generando
inconvenientes en los posibles vínculos, entonces, la creencia se verá
confirmada y es muy probable que exclames una vez más “todos los hombres/mujeres
son iguales”, tras lo cual darás por culminada una nueva etapa la cual
rotularás como fallida.
Pero, ¿esa afirmación es verdadera?, ¡No!
Es la creencia la que te llevó a
relacionarte de una forma específica con esa persona.
Ahora bien, es importante destacar que
existen dos tipos de creencias; están las que nos limitan y las que empoderan,
entonces, podemos clasificarlas en Limitantes y Potenciadoras.
Las primeras, (Limitantes), conforman
un paquete de información que nos condicionan y encierran dentro de un cubículo
o espacio lleno de incapacidad. Aquí podemos señalar varias, pero esencialmente
serían aquellas que nos hace pensar, sentir y en consecuencia proceder o actuar
en que no merecemos tal o cual cosa o que no podemos, que no tenemos derecho a…,
que no valemos lo suficiente…, etc.
Por su parte las creencias Potenciadoras
son un paquete de información que, a diferencia de las anteriores, nos abren el
panorama, nos hacen sentir capaces y nos sacan de nuestro circulo de confort
para expandirnos y evolucionar como personas.
Habiendo definido a las creencias, entonces podemos ir a la pregunta original: ¿Cómo impactan las
creencias en nuestra vida?
Indudablemente que todas las creencias
Potenciadoras, como ya lo hemos señalado, nos permitirán crecer y evolucionar,
entonces, allí no radica el inconveniente. El problema está con las creencias
Limitantes.
El sentir que “no merecemos vivir tal o cual experiencia” o que “no podemos” nos limita muchísimo para poder manifestar en nuestras vidas aquello que anhelamos con todo el corazón, porque desencadenamos una serie frases y expresiones que devienen de pensamientos y emociones enquistadas en lo más profundo de nuestra psiquis.
El sentir que “no merecemos vivir tal o cual experiencia” o que “no podemos” nos limita muchísimo para poder manifestar en nuestras vidas aquello que anhelamos con todo el corazón, porque desencadenamos una serie frases y expresiones que devienen de pensamientos y emociones enquistadas en lo más profundo de nuestra psiquis.
Es importante señalar que las creencias
limitantes son verdaderos filtros que nos traza o marca una frontera que impide
que podamos vivir en paz y en armonía con nosotros mismos. Por lo tanto, lo
importante de comprender y analizar el paquete de información que hoy nos
configura, no radica solamente en comprender a las creencias en sí mismas, sino
como impactan directamente en la calidad de vida que nos proporcionan.
Ahora bien, podemos decir que sería una
utopía considerar la idea que podemos trascender a todas nuestras creencias. De
hecho, no solo que no podemos, sino que además, de ser posible, no sería bueno, ya que como hemos señalado, hay creencias que nos
potencian. Por otro lado es innegable que siempre vamos a tener una opinión
formada sobre los hechos y acontecimientos que nos rodean y ello siempre estará
asociado a nuestras creencias. Pero cuando la calidad de vida se encuentra en
jaque y aparecen síntomas diversos como traumas, fobias, comportamientos inadecuados, etc. como producto de experiencias
vividas, (desengaños, heridas y duelos anteriores no resueltos o anclados),
entonces esas creencias limitantes pasan a dirigir nuestra vida, restando calidad y autonomía. Es así que podemos
arruinar relaciones, vínculos o no aprovechar oportunidades de crecimiento
personal.
Pero… ¿Cómo podemos transformar nuestras
creencias limitantes?
Existen muchas variantes y tipos de
técnicas para cambiar nuestras creencias limitantes. Algunas de ellas en mis
sesiones están basadas en herramientas que nos brinda la PNL como anclajes, submodalidad de consciencia y
reencuadre en 6 pasos. Estas son técnicas realmente muy poderosas que tienen la
particularidad de reprogramar las creencias enquistadas en nuestro
inconsciente. Suelo utilizar también determinados
ejercicios de visualización para provocar una definición nueva de creencias.
Sin embargo, es importante que sepas
que antes de realizar todo cambio de creencia debes poder comprender e identificar
cómo la creencia limitante te está saboteando en tu pensar, hablar, sentir y
proceder. Es aquí donde consideramos oportuno el Coaching para avanzar.
Para ello es oportuno que hagas ejercicios de introspección en cuanto a cómo defiendes hoy con tu proceder a tus creencias limitantes, en que te basas para hacerlo, cómo te expresas. También sugiero reflexionar sobre la raíz… quizás nació a partir de un ejemplo observado en papá o mamá, en fin… El poner luz en estos acontecimientos te permitirán comprender que las creencias no son verdades, sino paquetes de información en función de nuestra experiencia, pero ello no tiene porque ser así para siempre.
Para ello es oportuno que hagas ejercicios de introspección en cuanto a cómo defiendes hoy con tu proceder a tus creencias limitantes, en que te basas para hacerlo, cómo te expresas. También sugiero reflexionar sobre la raíz… quizás nació a partir de un ejemplo observado en papá o mamá, en fin… El poner luz en estos acontecimientos te permitirán comprender que las creencias no son verdades, sino paquetes de información en función de nuestra experiencia, pero ello no tiene porque ser así para siempre.
En otro orden de cosas también es
oportuno tomar consciencia del dolor que esas creencias te provocan y hacer un contraste
tomando consciencia de las cosas que alcanzarías si no estuvieran instaladas como
paquetes de información en tu sistema neurológico.
Todo esto último es trascendente, ya que reprogramar por reprogramar con cualquier técnica que utilices, no tiene sentido. Si no nos
brindamos el momento de reflexión para hallar la “creencia madre” o “raíz” que desde
lo profundo sigue nutriendo el problema, esta creencia seguirá trabajando y de algún modo intentará salir a la superficie.
Espero una vez más, que esta reflexión te sirva.
Un fuerte abrazo.
Juan Carlos Lorenzo
Juan Carlos Lorenzo
Arquitecto, Piscólogo Social
Master Trainer en PNL & Coach Ontológico
Master Trainer en PNL & Coach Ontológico
PNLCBA CONSULTORA