En nuestros cursos presenciales y a distancia abordamos este maravilloso mundo de la comunicación eficaz y nos enfocamos en cómo ésta influye en el liderazgo intra e interpersonal. Para ello trabajamos con distintas herramientas que nos brinda la PNL y el Coaching.
Recordemos que somos sujetos de necesidad y para satisfacerlas, debemos intervenir en el medio. La comunicación, en ese sentido, es una herramienta de vital importancia para lograrlo. Cuanto más nos acerquemos a un modelo de excelencia en la comunicación, mejor podremos satisfacer nuestras necesidades, y así, transformarnos en fuentes de inspiración de los demás, por lo tanto, directa o indirectamente nos iremos acercándonos hacia un liderazgo ideal, que va mucho más allá del conocido liderazgo democrático... me estoy refiriendo al liderazgo emocional o líder Coach. Este tipo de liderazgo inspira, y al hacerlo, forma líderes, no seguidores.
Ahora bien...
Para inspirar es necesario incorporar muchas habilidades, competencias y herramientas como lo son la escucha activa, la empatía, la autogestión, la coherencia en la conducta, etc. pero en esta oportunidad quiero centrar la atención en una cualidad específica que es "el saber calibrar" o "acompasar".
Desde la PNL comprendemos que las personas, para comunicarse, suelen acceder a sus recursos, adoptando posturas
físicas muy similares y hacen generalmente los mismos gestos o pequeños movimientos para
desarrollar actividades y tareas. Si nosotros comenzamos a prestar atención a esa parte tan importante
de la comunicación, que es la comunicación no verbal, puede llegar
a ser de gran utilidad. Si sabemos “leer” las
señales que nos dan con su lenguaje corporal y su forma sensorial de
representarse la realidad, empezaremos a liderar las conversaciones, y por ende,
a influir en ellos.
Cuando hablamos del lenguaje no verbal o analógico, nos
estamos refiriendo a la fisiología de una persona; como pueden ser micromovimientos
del rostro, gestos o movimientos de las manos, los brazos, las piernas y
cualquier actitud física en general.
Es importante comprender que todos tenemos una manera especial de usar
nuestro cuerpo y nuestros sentidos para realizar cualquier tarea. De manera que
si calibramos a nuestros interlocutores para luego acompasarlos, sin duda, lograremos abordarlos y en consecuencia, se sentirán muy cómodos con nosotros. Por
ejemplo si tenemos a una persona que habla rápido, con
respiración superficial, y salta de un tema a otro con cierta velocidad, podemos estar
seguros de que en ese momento tenemos a una persona que accede a sus recursos
internos (memoria, ideas, argumentos) de forma Visual. Entonces, en base a estos datos, una manera eficaz de hacernos
entender muy bien es adoptar una forma de
comunicación muy visual, hablar con términos visuales, como por ejemplo “viste”,
“yo hablo con claridad”, “este espacio es colorido y muy luminoso”, etc.
también se puede utilizar gráficos, imágenes, esquemas, etc.
Por su parte si delante nuestro hay una persona “auditiva”,
indudablemente que es más lenta que la anterior y al comunicarse lo hace en forma secuencial. Esto es lo que lo llevará a hablar más despacio,
terminando bien sus frases, prestando mucha atención a lo que dice, con
tono melodioso y quizás con una voz agradable. Jamás se le ocurriría saltar de tema
en tema, sino que prefiere terminar con uno para luego comenzar con el
siguiente. Entonces, en ese momento podemos hacernos entender muy bien, si adoptamos
la “fisiología” de una persona predominantemente auditiva.
En definitiva lo que estamos explicando corresponde a la
idea de acompasar. Esto significa adoptar el mismo tono de voz, las mismas
actitudes corporales, posiciones similares de brazos y piernas, etc. de manera que
la otra persona se sienta inmediatamente escuchada y comprendida. Esta técnica se
basa en la idea de que buscamos de forma inconsciente a aquellos que son similares a
nosotros.
Ahora bien, es importante comprender la diferencia entre
acompasar de copiar.
Todos los movimientos, gestos, tono de voz, etc. que
apliquemos deben ser ejecutados con mucha delicadeza y de un modo que nuestro
interlocutor jamás note que lo estamos imitando o copiando, porque de lo contrario, podremos llegar a obtener resultados completamente opuestos a los buscados, ya que con quien nos estamos comunicando, puede sentirse burlado. Lo
ideal para aplicar esta técnica consiste en “ponerse en la situación” del otro…
El líder está siempre ubicado en un pedestal, lo queramos o
no es así, y las personas que dependen de él están pendientes de cualquier
gesto, sean conscientes o no. Por lo tanto, ponerse en el lugar del otro, "calibrarlo" y "acompasarlo" nos permitirá comunicarnos de un modo mucho mas eficaz.
Juan Carlos Lorenzo
Arquitecto, Psicólogo Social
Master Trainer en PNL & Coach Ontológico
Arquitecto, Psicólogo Social
Master Trainer en PNL & Coach Ontológico
PNLCBA CONSULTORA
:D
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