¿Con qué personas estás resentido?, ¿A quiénes no puedes perdonar?
Seguro que alguna vez has sabido escuchar que es necesario perdonar,
porque esta es la clave para liberarte. Pero… ¿Qué es perdonar?
¿Acaso perdonar es sinónimo de amnesia?... Cuántas veces hemos escuchado
que perdonar es olvidar? y me pregunto… ¿será tan cierto eso?... ¿Si olvidamos
lo ocurrido, no corremos el riesgo de volver a padecer una y otra vez lo que en
su momento nos lastimó, ya sea con la misma persona, con otras, o con uno
mismo?...
Entonces... ¿Qué es perdonar?
Definitivamente es necesario comprender que el perdón, desde nuestra
óptica, redime al ofensor de sus culpas y a partir de allí nos liberamos de las
ataduras.
Uno puedo decidir perdonar a alguien, que no está arrepentido del daño
ocacionado, ya que quizás si tuviese una nueva oportunidad lo volvería a hacer,
más sin embargo el olvido frente a este hecho sería no capitalizar dicha
experiencia, en cambio el perdón si nos permite aprender.
Hemos escuchado muchas veces la frase: "yo perdono, pero no
olvido", y cuando ello sucede también solemos escuchar que si no olvidamos
es porque no hemos perdonado, pero esto es un error, como ya dijimos, el perdón
no implica olvidar. El perdón no produce amnesia, no es indispensable que
olvidemos para perdonar, puedo perdonar y estar consciente del daño que se me
hizo, pero he decidido que ya no me va a afectar más en mi vida.
Hay un punto muy importante, y es que somos dueños de la decisión de
perdonar. Entonces decidimos voluntaria y conscientemente ya no traer al
presente las cosas pasadas, incluso nos mantenemos firmes en no criticar, ni
agredir a la persona que nos ofendió. Sin embargo, no podemos decidir dejar de
sentir; lo que si podemos hacer es no permanecer en el sufrimiento.
Cuando usted decida perdonar de una vez a alguien, es indispensable que
lo confiese con su boca, no piense en el perdón, declare el perdón, no importa
que usted esté sólo, quizás va en su cómodo automóvil escuchando música y
piense: "si, yo necesito perdonar”, “yo quiero perdonar”.
Pero no es suficiente que usted lo piense, hay que confesarlo con su
boca, aunque usted esté sólo en un lugar, que salga de su boca libremente. Hay
una marcada diferencia entre pensarlo y hablarlo; con nuestra boca tenemos el
poder para la vida y el poder para la muerte, poder para atar y poder para
desatar. ¡Confiéselo!, cuando lo hable, sienta esa libertad, ese peso extra que
se va, seguramente acompañado de lágrimas, de tristeza y de llanto, pero
finalmente un ser libre.
Dimensiones del Perdón:
El Perdón puede ser:
- Hacia un tercero.
- Hacia uno mismo.
Los pasos principales para perdonar a alguien son los siguientes:
- Si la carga emocional es muy fuerte y nos sobrepasa es saludable tomar distancia.
- Habiendo procedido, frente al hecho como indica el paso anterior, luego debemos identificar con plenitud la herida específica que nos provocaron, (que nos hirió y donde nos afectó), como así también a la persona que lo hizo. Esto es muy importante ya que generalmente cuando nos sentimos ofendidos, descargamos nuestras emociones en personas que nada tuvieron que ver con el hecho, y generalmente son nuestros seres más cercanos y queridos, a quienes a su vez dañamos al no poder manejar nuestras emociones.
- El Perdón se basa en la aceptación de lo que pasó y este paso hace referencia a ello.
- Una vez identificada la emoción y al ofensor, confesamos el perdón con la boca aunque usted esté sólo. Y esto se potencia más si lo escribimos. No tiene que ir a decírselo a aquella persona necesariamente; lo puede hacer en privacidad donde se encuentre en ese momento. El motivo por el cual no es necesario comunicárselo al ofensor es porque podemos recibir como respuesta "pues mira, si pudiera volvería a hacerlo" como así también puede ocurrir que la persona haya partido y no tengamos la posibilidad de volver a verla.
- Cuando el perdón esta orientado hacia uno mismo o hacia un tercero el cual reconoció su ofensa es importante la reparación para que quede completo y cerrado el perdón. Esto significa que el ofensor exprese su compromiso de no volver a repetir la herida u ofensa causada.
- Para finalizar este proceso del Perdón y, habiendo transitado por todos los pasos anteriores, se requiere transformar el dolor o herida en un aprendizaje y crecimiento personal. Esto implica preguntarse ¿Qué he aprendido de esta experiencia?... Quizás, entre otras cosas, uno comprende la naturaleza de las personas. “El fuego quema y la electricidad patea”, al comprender esto, entonces nos hacemos más previsores. Pero además podemos trascender lo vivenciado, compadeciéndose por el dolor que el ofensor experimenta. Esto implica un acto de AMOR y GENEROSIDAD que solo lo puede hacer una persona que cuente con verdadera libertad interior.
Juan Carlos Lorenzo
Arquitecto, Psicólogo Social
Master Trainer en PNL & Coach Ontológico
PNLCBA CONSULTORA
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