domingo, 3 de septiembre de 2017

Aprende a jugar tu propio juego interior


¡Qué sociedad ésta en la que hoy nos toca vivir!, ¿verdad?

Esgrimen "argumentos" para justificar posiciones, sin verificar las fuentes y se sumergen en discusiones interminables llenos de puro EGO. Entre tanto, argumentan y contra argumentan conceptos que rompen con cualquier principio de comunicación eficaz.

Reconozco que en otras épocas también me sumaba a esas cuestiones, pero hoy ya no más... podrán decir que vivo en un termo, que no me involucro... pero descubrí que todo ésto es parte de un plan estratégico que solo responde a los intereses de una minúscula clase dirigente cruel y tenebrosa, utilizando a las pobres e inocentes almas, llenándolas de desconfianza, odio y rencor.

Podríamos decir, y así lo interpreto, que es una nueva y avanzada forma de darle al pueblo "el circo" que necesitan para mantenerlos entretenidos en un mundo lleno de paroxismos y exacerbaciones emocionales. Pobre gente diría krishnamurti... Se identifican tanto con su propio EGO y sus descargas hormonales, se "alimentan" tanto de los hechos que les rodean, que se olvidan de si mismos, y entre tanto, pierden de vista que esos acontecimientos solo están allí para reflejarles su propio estado interno.

Si la gente supiera que los hechos son simples recipientes vacíos, que toman la forma del sentimiento que les embarga y llena, dejarían de inmediato de despilfarrar tanta energía en esas cuestiones, y se entregarían por completo a su desarrollo personal silenciosamente, que es la única y mejor manera de aportar algo saludable a esta enferma sociedad.

Deja de jugar el juego que otros intentan hacerte creer que es importante, y empieza a jugar tu propio juego interior. Te invito a leer "Lo que el hombre piensa" de James Allen. Un importante pensador ingles del 1700. Si no lo tienes, puedes solicitármelo dejándome tu mail aquí mismo y yo me encargo de hacértelo llegar.

Un fuerte abrazo

Arquitecto, Psicólogo Social
Master Trainer en PNL & Coach Ontológico

PNLCBA CONSULTORA

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