miércoles, 2 de marzo de 2016

Si no te adaptas al cambio te extingues



Cannon decide realizar un experimento con el afán de estimular la creatividad tras el lente, mediante un proyecto que dio por llamar "THE LAB". Para ello reunieron en un escenario amplio y bien iluminado a seis fotógrafos elegidos al azar. El objetivo era que cada uno de ellos retratara a un hombre.

La premisa de los creadores del experimento fue: ¿Qué tanto influye la mirada del fotógrafo en lo que se fija a través del objetivo?

Los fotógrafos seleccionados fueron Chris Meredith, Jin Lim, Lyndal Irons, Kaet Disher-Quill, Trsitan Stefan Edouard y Franky Tsang y a todos ellos se les brindó absoluta libertad para el encuadre, luces, lente, perfil y sombras. Entre tanto el hombre a retratar era un sujeto de dos metros de estatura quien fue presentado como Michael.

Lo curioso del hecho es que a cada fotógrafo se le brindó una versión absolutamente diferente de su biografía. Al primero se lo presentaron como un ex presidiario, al segundo le dijeron que era un millonario, al tercero que era un hombre que había salvado la vida de otra persona, al cuarto se lo definieron como un pescador, al quinto como un alcohólico recuperado y al último como un vidente, capaz de leer el aura de las personas.

Al término de las respectivas sesiones, se colgaron en una cuerda las fotografías sobresalientes y allí se pudo verificar con sorpresa la respuesta a la pregunta original. Las seis perspectivas eran absolutamente contrastantes entre ellas. El mismo hombre fue retratado de seis diferentes maneras y en cada una de las fotografía el modelo reflejaba una suerte de predisposición a mostrar las características que el fotógrafo "deseaba ver", y que en última instancia esa mirada había sido condicionada por la biografía que le habían transmitido inicialmente.

Para Cannon el experimento reveló que toda fotografía nos muestra más sobre quién se encuentra detrás de la cámara que el propio objeto que esta por delante de ella.

Pero éste fenómeno nos permite ahondar un poco más en nuestras reflexiones...

El experimento señalado nos viene a demostrar que no vemos las cosas como son. Cada mirada, cada observación y cada idea que se elabora, lleva implícita una ponderación hacia el objeto observado por parte del observador y esta muy condicionado por su historia, en consecuencia, las experiencias posteriores con ese objeto en gran medida terminarán confirmando las creencias que el observador tiene instaladas en su sistema neurológico. Porque no importa como proceda o se manifieste el objeto, el observador ya tiene una expectativa sobre él y en función de ella elaborará sus "conclusiones", que generalmente, terminarán confirmando lo que ya piensa. Por eso decimos en PNL y Coaching que "No vemos las cosas como son, sino como somos", y a su vez, que las creencias son profecías autocumplidas. Esto significa que construimos "imagos" que terminan operando como verdaderos filtros o lentes, que nos llevan a proceder de un modo concreto y determinado con los objetos que nos rodean y en consecuencia las creencias instaladas en nuestro sistema neurológico se terminan corroborando. Lo curioso es que nosotros la tomamos como verdades absolutas, cuando en realidad son absolutamente subjetivas.

Ahora bien...

Hay creencias que pueden ser operativas y nos permiten crecer, aprender y desarrollarnos en la vida, pero también existen creencias que silenciosamente operan y nos ponen escollos o trabas.

Para revertir este fenómeno hay dos cosas que debemos tener muy presentes... la primera de ellas es tomar consciencia... Jung decía: "Hasta que no hagamos consciente el inconsciente, éste gobernará tu vida y tu te creerás que es el destino". En tanto que el segundo elemento es aprender a cuestionar nuestras certezas. 

Lo interesante del hecho es que generalmente no lo hacemos, en consecuencia nos estereotipamos e inmediatamente nos sumergimos por el sendero de la enfermedad, porque nos rigidizamos y no nos adaptamos al cambio. Queremos que todo siga igual y en consecuencia cuando las cosas cambian experimentamos sufrimiento, angustia y dolor. 

Si hay algo que tenemos que comprender es que nada es permanente... o en todo caso diríamos que:  "Lo único permanente es la impermanencia". Por lo tanto quien no se sabe adaptar al cambio se extingue en el llanto, la queja, la crítica y el dolor.

Charles Darwin dijo: "No sobreviviarán los más fuertes, sino los que mejor se adapten al cambio" 

Juan Carlos Lorenzo
Arquitecto, Psicólogo Social
Master Trainer en PNL & Coach Ontológico

PNLCBA CONSULTORA

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