Los seres humanos poseemos la capacidad de comunicarnos con nuestros pares. A través de ella vamos creando vínculos que nos sostienen en la vida diaria. Sin embargo, habitualmente, se producen problemas en la comunicación con
uno mismo, (comunicación intrapersonal), y con los demás, (comunicación
interpersonal). Especialmente en este último de los casos, con las personas más
allegadas, que paradójicamente es con quienes más necesitamos comunicarnos con
claridad en nuestras relaciones interpersonales.
Ahora bien, ¿Por qué sucede esto? y ¿Cómo lo
podemos superar?
Indudablemente que en el proceso de comunicación son muchos los factores que intervienen, y es necesario comprenderlos, para luego, saber manejarlos si queremos tener éxito en nuestros proyectos, anhelos y objetivos de vida.
Debemos comprender que el ser humano es un sujeto de necesidad, de manera que para satisfacerse requiere de una presencia activa en el mundo que lo rodea. Esto significa que tiene que intervenir en su entorno. La comunicación es la herramienta básica y elemental que se necesita para lograrlo. Ignorar este principio, es ignorar la piedra basamental de la construcción de una vida digna y plena.
Luego de años de investigación y comprendiendo lo trascendente que es la comunicación en nuestras vidas, podemos asegurar sin temor a equivocarnos que la gran mayoría de los problemas humanos, por no decir todos, nacen a partir de un mal uso, o en su defecto, un uso incorrecto de los mecanismos de la comunicación.
Ahora bien…
Nuestro mundo es un mundo de relaciones con el entorno, y conforme se va dando en su desarrollo, se provocan procesos dentro de nuestro organismo. Una palabra mal empleada, o bien, un silencio en un momento inoportuno pueden ser devastadores, física y emocionalmente hablando. Del mismo modo esa palabra o silencio utilizados en otro momento pueden brindar una solución a un gran problema.
En base a todo lo expresado podemos decir, entonces, que hay un concepto clave: la asertividad. Esto significa poder hablar y comunicarnos con claridad, intentar expresarnos de manera apropiada, ser sinceros, auténticos, directos y congruentes entre lo que decimos y hacemos. Evitando en todo momento herir con nuestras palabras, gestos o comportamientos y tener muy en cuenta el momento y lugar en el que entablamos la comunicación.
Andrew Salter (1949) definió la asertividad como un rasgo de personalidad y pensó que algunas personas la poseían y otras no. Sin embargo, unos años después, Wolpe (1958) y Lazarus (1966) la definieron como “la expresión de los derechos y sentimientos personales”, y hallaron que casi todo el mundo podía ser asertivo en algunas situaciones.
Por otro lado debemos tener en cuenta que el conflicto es una parte normal de la vida cotidiana, que nos ayuda a aprender y madurar; cuando éste se resuelve positivamente, incluso fortalece nuestras relaciones intra e interpersonales. Los problemas de comunicación muchas veces aparecen cuando a las personas se les dificulta enfrentar un conflicto.
Una gran Psicóloga llamada Virginia Satir decía haciendo referencia a los conflictos y la comunicación intrapersonal lo siguiente:
“Los problemas siempre nos acompañaron. El problema no es el problema, el problema reside en la forma que la gente los interpreta y encara. Esto es lo que destruye a las personas, no el problema. Entonces, cuando aprendemos a interpretarlos de una manera distinta, lo manejamos de una manera distinta y se tornan distintos”.
En ese sentido, es importante comprender que nuestra forma de ver o interpretar lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, no siempre desencadena pensamientos acertados, de manera que si la interpretación que hacemos no es la correcta el resultado de las acciones serán inadecuadas, y por ende, lejos de resolver un inconveniente podemos terminar agravándolo. A veces, esto sucede porque repetimos conductas que fueron buenas para otros eventos, pero no para el que se está desarrollando. O simplemente, las generamos por arrebatos emocionales sin definir con claridad qué nos impulsa a realizarlas. Por supuesto que todo esto da como resultado final, frustraciones, ansiedad y en muchas oportunidades, agresividad. En conclusión, se exteriorizan emociones que culminan deformando el resultado que se desea alcanzar.
En base a todo lo expresado podemos afirmar que la
Programación Neurolingüística, (PNL), y el Coaching Ontológico nos entregan una
batería de herramientas que brinda
soluciones simples y de muy buena calidad a todos estos problemas planteados, y
al mismo tiempo, nos otorgan una maravillosa posibilidad para el crecimiento
interno y el liderazgo personal, factor fundamental que inspira a nuestro
entorno a enrolarse en nuestros objetivos y a satisfacer nuestras necesidades.
Esto es así, porque las disciplinas mencionadas nacen a
partir del estudio de personas cuyas características les permiten ser asertivos
y, en consecuencia, transitar los senderos que se marcan de un modo exitoso.
Si partimos de la base que todos los seres humanos tenemos
un sistema neurológico similar, entonces, un mapa o estructura mental que
funcione en uno de ellos, lo puede hacer con resultado similares en el resto. Pero
para ello es necesario reeducar nuestro sistema neurológico, separando muchas
de las conductas erróneas, y adquirir nuevos patrones de comportamientos.
Con todo esto queremos decir que las conductas asertivas
se pueden entrenar y que, a medida
que vayamos siendo más asertivos nos encontraremos más cómodos en las
relaciones con nosotros mismos y con los demás.
Juan Carlos Lorenzo
Arquitecto, Psicólogo Social
Master Trainer en PNL & Coach Ontológico
Arquitecto, Psicólogo Social
Master Trainer en PNL & Coach Ontológico
PNLCBA CONSULTORA
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